Las atrofias de los términos usados a lo largo de la historia colocó a civilizados como salvajes y creerse un pueblo, superior a otro, a veces, por el simple irrespeto o no entendimiento de las costumbres ajenas.
Las sociedades se caracterizaron por separarse en capas, donde, no importa el lugar del mundo, los ancianos decidían los destinos de la comunidad, porque en ellos recae la experiencia, al menos en la toma de decisiones.
Cada sociedad evoluciona a su manera según su historia, por eso el resto de América no entiende por qué un país como CUBA, posee un sistema político unipartidista que rige la sociedad, además de un Poder Popular en lo Legislativo y Ejecutivo, completamente diferente a sus vecinos.
En América Latina y el Caribe priman los sistemas presidencialistas, donde los pueblos votan por una persona de un partido en detrimento de otras, lo que fomenta, además de centrar demasiado el poder de decisión de millones, la controversia entre los seres humanos ávidos de subir, seguro, aplastando a otros.
Los países de América Latina viven en constante conflicto interno y lucha de poder, sin poderse quitar de encima las malas prácticas, la corrupción, a veces hasta crímenes políticos y golpes de estado y no logran resolver los tópicos pendientes, salud, educación, seguridad ciudadana, seguridad social, quitar el poder a oligarquías, democratizar los medios que sirven siempre a los ricos y disminuir la desigualdad social.
Cada país con sus conflictos, mientras en CUBA, los temas son otros, pero, todos juntos, sin las peleas de índole político de las democracias representativas.
La lucha de poder es un lastre que cargan los pueblos porque por desgracia, históricamente, el servir a los demás no ha sido el principal incentivo de los políticos, sino servirse, salvo excepciones.
Es difícil que las crisis y dificultades de CUBA se puedan encerrar en el tipo de sistema político pues, aunque es de partido único, ha demostrado en similares como China y Vietnam, que funciona y, las alternativas no arrojan los resultados de crecimiento humano y de igualdad social que muestra CUBA, incluyendo desarrollo cultural, político, deportivo, etc.
No hay forma que se pueda convencer de que el sistema cubano es inviable, comenzando, porque los que poseen las alternativas propuestas para CUBA poseen muchos más problemas que resolver, eternos, y que la alternancia de partidos por sí misma no ha ayudado.
La lucha en CUBA efectiva contra España solo fue posible desde 1895 porque José Martí creó un partido y, unidos, se impulsó la guerra, porque la anterior, que duró 10 años, comenzada en 1868, se perdió, precisamente, por la fragmentación de los patriotas y las controversias políticas.
CUBA sin bloqueo comercial sería, seguro, el país más avanzado de América, solo hay que dejarla ser y no cuestionarle tanto, colocando culpas por donde «no es».
@Fdo_Buitrago